Editorial

EDITORIAL

En la era de la Tecnología de la Información y la Comunicación TIC debemos asumir el reto, tomar la brújula, trazar el rumbo para corregir la deriva producida por los adelantos tecnológicos, para poder llegar al puerto previsto.

Para aquellos que no conocen de navegación la desviación del curso o deriva es producida por vientos o corrientes laterales a las naves y se corrige ajustando el rumbo.

Hoy emprendemos este blog un término informático que llamamos Bitácora en idioma castellano y vaya coincidencia siendo también otro término náutico, es el libro donde el capitán de una nave hace sus anotaciones diarias reportando todos los detalles de la navegación.

Bueno lo que esperamos es que esta Bitácora sea una publicación periódica de todas aquellas noticias, informaciones, aconteceres, vivencias, expectativas, sueños, ilusiones, anhelos, realidades que nos permita conservar el curso trazado y no perdernos por efecto de la deriva, pero con la diferencia de que todos estamos invitados a participar en la misma porque el barco que navega no es otra cosa que nuestras propias vidas donde cada uno de nosotros es el capitán de la nave y el puerto que debemos alcanzar es el de la felicidad y el éxito.

martes, 12 de abril de 2011

Radicación y Potenciación Matemática de 3er Año

Cada link es un video de pocos minutos, me gustaría que los vieran en el orden que están aquí. Es casi todo lo que he dado en clase
En la segunda parte hay videos de conocimiento previo que es necesario para entender radicación

Radicación video 1

Radicación video 2

Radicación  video 3

Racionalización del denominador monomio irracional primera parte

Racionalización del denominador monomio irracional segunda parte

Racionalización del denominador binomio irracional


Esta parte es conocimiento que se debe tener para desarrollar la racionalización del denominador

Cuadrado de un binomio primera parte

Cuadrado de un binomio segunda parte

Cuadrado de un binomio tercera parte

Cuadrado de una suma por su diferencia


Potenciación introducción

Potenciación nivel básico
http://www.youtube.com/watch?v=7gmZQP4cn1U&feature=related

martes, 22 de marzo de 2011

Matrices

Aprende facilmente a resolver problemas prácticos
utilizando la Teoría de Matrices

Solo debes entrar en este enlace

domingo, 30 de enero de 2011

El coleccionista de insultos

EL COLECCIONISTA DE INSULTOS

Cerca de Tokio vivía un gran samurai, ya anciano, que se dedicaba a enseñar el budismo zen a los jóvenes. A pesar de su edad, corría la leyenda de que era capaz de vencer a cualquier adversario. 
Cierto día un guerrero conocido por su total falta de escrúpulos pasó por la casa del viejo. Era famoso por utilizar la técnica de la provocación esperaba que el adversario hiciera su primer movimiento y, gracias a su inteligencia privilegiada para captar los errores, contraatacaba con velocidad fulminante. 

El joven e impaciente guerrero jamás había perdido una batalla. Conociendo la reputación del viejo samurai, estaba allí para derrotarlo y aumentar aún más su fama.
Los estudiantes de zen que se encontraban presentes se manifestaron contra la idea, pero el anciano aceptó el desafío. Entonces fueron todos a la plaza de la ciudad, donde el joven empezó a provocar al viejo. 


Arrojó algunas piedras en su dirección, lo escupió en la cara y le gritó todos los insultos conocidos, ofendiendo incluso a sus ancestros. Durante varias horas hizo todo lo posible para sacarlo de casillas, pero el viejo permaneció impasible. Al final de la tarde, ya exhausto y humillado, el joven guerrero se retiró de la plaza.


Decepcionados por el hecho de que su maestro aceptara tantos insultos y provocaciones, los alumnos le preguntaron:

-¿Cómo ha podido soportar tanta indignidad? ¿Por qué no usó su espada, aun sabiendo que podría perder la lucha, en vez de mostrarse como un cobarde ante todos nosotros?
El viejo samurai repuso:
-Si alguien se acerca a ti con un regalo y no lo aceptas, ¿a quién le pertenece el regalo?
-Por supuesto, a quien intentó entregarlo -respondió uno de los discípulos.
-Pues lo mismo vale para la envidia, la rabia y los insultos añadió el maestro-. Cuando no son aceptados, continúan perteneciendo a quien los cargaba consigo.
Nadie nos agrede o nos hace sentir mal: somos los que decidimos cómo sentirnos. No culpemos a nadie por nuestros sentimientos. Somos los únicos responsables de ellos. Eso es lo que se llama asertividad

El coleccionista de insultos

El Coleccionista de Insultos

Cerca de Tokio vivía un gran samurai, ya anciano, que se dedicaba a enseñar el budismo zen a los jóvenes. A pesar de su edad, corría la leyenda de que era capaz de vencer a cualquier adversario. 
Cierto día un guerrero conocido por su total falta de escrúpulos pasó por la casa del viejo. Era famoso por utilizar la técnica de la provocación esperaba que el adversario hiciera su primer movimiento y, gracias a su inteligencia privilegiada para captar los errores, contraatacaba con velocidad fulminante. 

El joven e impaciente guerrero jamás había perdido una batalla. Conociendo la reputación del viejo samurai, estaba allí para derrotarlo y aumentar aún más su fama.
Los estudiantes de zen que se encontraban presentes se manifestaron contra la idea, pero el anciano aceptó el desafío. Entonces fueron todos a la plaza de la ciudad, donde el joven empezó a provocar al viejo. 


Arrojó algunas piedras en su dirección, lo escupió en la cara y le gritó todos los insultos conocidos, ofendiendo incluso a sus ancestros. Durante varias horas hizo todo lo posible para sacarlo de casillas, pero el viejo permaneció impasible. Al final de la tarde, ya exhausto y humillado, el joven guerrero se retiró de la plaza.

Decepcionados por el hecho de que su maestro aceptara tantos insultos y provocaciones, los alumnos le preguntaron:

-¿Cómo ha podido soportar tanta indignidad? ¿Por qué no usó su espada, aun sabiendo que podría perder la lucha, en vez de mostrarse como un cobarde ante todos nosotros?
El viejo samurai repuso:
-Si alguien se acerca a ti con un regalo y no lo aceptas, ¿a quién le pertenece el regalo?
-Por supuesto, a quien intentó entregarlo -respondió uno de los discípulos.
-Pues lo mismo vale para la envidia, la rabia y los insultos añadió el maestro-. Cuando no son aceptados, continúan perteneciendo a quien los cargaba consigo.
Nadie nos agrede o nos hace sentir mal: somos los que decidimos cómo sentirnos. No culpemos a nadie por nuestros sentimientos. Somos los únicos responsables de ellos. Eso es lo que se llama asertividad